Energía

Qué hace la Comisión

Los principales objetivos de la política energética de la UE son:

• Fomentar la descarbonización en la producción y el uso de energía en la UE y contribuir así a mejorar la competitividad y a lograr nuestra mayor ambición climática
• Dar prioridad a la eficiencia energética en todas las fases de la cadena, desde la generación hasta el consumo final de energía
• Movilizar la investigación y fomentar la innovación 
• Implicar a todas las partes interesadas y permitir que los consumidores de energía ocupen un lugar central en la transición hacia una energía limpia 
• Impulsar todos los aspectos relativos a la seguridad energética y liderar los debates internacionales sobre la transición energética mundial
   

Principales logros

• Gracias a la promoción de las fuentes de energía renovables, como la eólica o la solar, en 2022 las energías renovables representaron en la UE el 23 % del consumo final de energía. Aunque aún queda trabajo por hacer para alcanzar el objetivo del 42,5 % de aquí a 2030, una parte significativa de la energía consumida en Europa procede ahora de fuentes renovables. 
• Las empresas del sector de las energías renovables están prosperando, contribuyendo a crear empleo verde. En 2022, el sector de las energías renovables en Europa empleaba a más de 1,6 millones de personas.
• Las inversiones en infraestructura energética transfronteriza han contribuido a reforzar la seguridad energética de la UE, en particular conectando varias regiones europeas que estaban totalmente aisladas. 
• Entre 2008 y 2021, la UE redujo las emisiones de gases de efecto invernadero en más del 20 %. Al mismo tiempo, el PIB de la UE aumentó casi un 10 %. Al ser el sector de la energía responsable de más del 75 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, las políticas energéticas de esta última han contribuido significativamente a este logro. 
• Para alcanzar el objetivo de 2030 en materia de eficiencia energética, la UE ha introducido medidas en los ámbitos con mayor potencial para ahorrar energía y en los que es necesario un enfoque armonizado a nivel europeo. Estas medidas no solo reducen la factura energética, sino que también ayudan a las empresas a ahorrar en costes operativos, al tiempo que reducen la huella de carbono.