La recuperación de la minería basada en “tierras raras” es una oportunidad para revitalizar antiguos territorios mineros aprovechando la posible recuperación de sus residuos con un objetivo doble: mejorar el medio ambiente y usar elementos minerales que contribuyan a facilitar la transición energética
Refinería de petróleo en el estado de Washington (Estados Unidos).
Walter Siegmund/Wikimedia Commons
Prescindir del petróleo es, hoy por hoy, una utopía, pero la transición energética puede acelerarse con medidas económicas como las que propone la experta.
Mina de cobre Las Bambas, en Perú.
Noel Reynaga Ccorahua/Shutterstock
En zonas ricas en recursos ubicadas en países en desarrollo, como los Andes peruanos, se plantea un dilema entre la necesidad de obtener más ingresos económicos y los perjuicios generados por las minas.
Los regímenes jurídicos actuales pueden obstaculizar, en lugar de fomentar, la adopción de nuevos modelos de trabajo que reduzcan la huella de carbono y aprovechen las herramientas digitales.
Recreación 3D de nanotubos de carbono, una de las alternativas más prometedoras al cobre.
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La transición energética ha disparado la demanda de cobre, y la producción ya no da abasto. El desarrollo de materiales alternativos puede paliar los efectos de la crisis.
Los buques mercantes supone un 3% de la contaminación por CO2 proveniente de la actividad humana.
Cyprien Hauser / Flickr
El transporte marítimo mueve el 80% del comercio global, pero emite un 3% de CO2. Mejorar la eficiencia de los buques es clave para reducir emisiones y avanzar hacia un transporte más sostenible.
Tanques de sales fundidas para almacenamiento térmico a altas temperaturas en una planta solar.
U.S. Department of Energy/Flickr
Marina Casanova, Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT)
Materiales como sales fundidas, cerámicas o piedras se calientan a temperaturas que superan los 500 °C y liberan esta energía térmica cuando se requiere, para generar electricidad o para otros usos en procesos industriales.
Aunque los vehículos eléctricos permiten reducir las emisiones generadas por el transporte que contribuyen al cambio climático, plantean otro reto medioambiental: el alto consumo de materias primas críticas que requieren las baterías.
El consumo mundial de combustibles fósiles sigue creciendo, al mismo tiempo que aumentamos la producción de energías renovables. ¿Será que estas se están sumando al gas y el petróleo, sin desplazarlos?
“Somos gente del hielo marino. Y si no hay más hielo marino, ¿cómo podemos ser gente del hielo marino?”- anciano inuit (How scientists are coping with ecological grief. The Guardian. 19-01-2020).
Denis Luyten / Wikimedia Commons
Científicos y opinión pública no coinciden, el cambio climático se politiza y los planes de descarbonización chocan contra el insidioso aumento de las inversiones en petróleo. ¿Qué formas de pensar nos llevan a tanta incongruencia?
Para que la transición energética sea justa, además de ecológica, debe hacerse reduciendo el consumo a escala global, pero asegurando unas condiciones mínimas de vida dignas para toda la población.
Colaboración ciudadana y energías sostenibles son dos ingredientes habituales de las comunidades energéticas, una apuesta clave en Europa para luchar contra el cambio climático.
Adaptarnos a la subida de las temperaturas sin contribuir al cambio climático y al gasto energético no es fácil. Frente a los sistemas convencionales de climatización, el método evaporativo es más sostenible, aunque también tiene inconvenientes.
El primer avión hecho con el material reciclado de nanotubos de carbono. El material conserva sus propiedades mecánicas clave, como su flexibilidad.
IMDEA materiales
Los nanotubos de carbono son la gran apuesta en nuevos materiales para la transición energética. Por primera vez, un estudio comprueba que pueden reciclarse y conservar sus propiedades para un segundo uso.
Las situaciones de tensión geoestratégica suelen tener como trasfondo la pugna por el control de los recursos. Por ello, un cambio de modelo como el que plantea la transición energética genera resistencias.
Se denomina “tierras raras” a un conjunto de 17 metales, algunos de ellos críticos para la transición energética, que en realidad ni son tierras ni son raras.
Las comunidades energéticas rurales son esenciales para conseguir una transición energética justa en Europa, pero todavía existen barreras legislativas y diferencias entre países que dificultan su implantación.
No basta con diseñar un marco político y legislativo para el impulso de las renovables. Las trabas en su aplicación práctica suponen un obstáculo para alcanzar los objetivos planteados en el papel.
Europa quiere una transición energética limpia y eficiente y ser una región climáticamente neutra. Para ello necesita de otras regiones, ricas en materias primas pero con mayores dificultades en infraestructuras. Entre ellas, América Latina.
Catedrático de Termodinámica en Tecnun-Escuela de Ingeniería. Director de la Cátedra de Transición Energética de la Fundación Repsol, Universidad de Navarra